noviembre 25, 2006

Las personas y los blogs

Curioso este mundo de los blogs en internet. Los afectos que se pueden provocar con las lecturas compartidas.
Un@ lanza sus pensamientos, emociones, ideas, creaciones y recreaciones al espacio, inicialmente, sin clara conciencia de lo que ello supone, y con el tiempo se ve inmers@ en los sentimientos de gente que siendo desconocida dejó de serlo un poco al permitir que los demás entráramos en su mundo, al invitar a los demás a que entren en nuestro mundo.
Afán de exhibicionismo lo calificarán muchos de los no afectados por este síndrome. Y puede, que en alguna forma así sea, que sintamos un deseo irrefenable de mostrar nuestras tripas, de darnos a conocer más allá del límite espacial en el que nos desenvolvemos habitualmente, puede ser.
Lo cierto es que a través de nuestros artículos y comentarios se puede dibujar un mapa emocional bastante aproximado de la mayoría de nosotros, del momento que estamos atravesando ¡Es tan fácil! Porque nos descubrimos voluntariamente, porque queremos hacer partícipes al resto de ello, queremos sentir y ser sentidos.
Y también están los otros, los que aún leyéndote no se presentan, bien por timidez, bien porque consideren que lo leído no merece ni la pena de ser comentado, porque si lo hicieran quizás fuera demoledor. Así que, respetemos su silencio y agradezcamos el tiempo que han dedicado a leernos, a nosotros, unos completos desconocidos.

PAQUITA

Música y Danzas Diferentes

Es lo que se encuentra en el Festival Madrid Sur que finaliza este fin de semana.
Para hoy sábado hay programado un concierto de un grupo de muchachos jóvenes de Casablanca, Darga en concierto, que tiene muy buen aspecto.
El lugar: Auditorio Pilar Bardem de Rivas Vaciamadrid. La Hora: 20.

En el García Lorca de Getafe, ayer, actuaron un grupo de mujeres bereberes -así las anunciaban- del sur de Marruecos, talluditas todas, cantaban las 8 y bailaban seis, siendo 3 de estas últimas las que realizaban los movimientos de cabeza con los que agitaban enérgicamente sus largos cabellos. No diría yo que fuera estupendo, pero sí distinto ¡y cómo bailaban las jodidas! para lo fondonas que estaban.

PAQUITA

noviembre 24, 2006

Yoga Iyengar

Ayer recuperé la clase a la que renuncié el día anterior, por ir a ver al grupo b vocal.
Algo digno de mención porque ésta es una de las pocas cosas que cumplo religiosamente: no faltar a la clase de yoga josear (método Iyengar adaptado por Jose a nuestras especiales particularidades -es broma-). Algo que recomiendo denodadamente desde que lo inicé, hace ya ... 12 años -en febrero de 1994-. Tan es así que yo misma, a veces, pienso que ni que fuera la purga de Fernando, que según iba a la botica ya estaba funcionando.

* Beneficio Primero: aprendes a relajarte. Tardarás más cuanto más cerrado seas.
* Beneficio Segundo: si sabes mantenerte relajado, en el mayor número de circunstancias posibles, no dilapidarás tu energía inútilmente.
* Beneficio Tercero: Si no te malgastas a lo tonto, tendrás más vitalidad, serás más activo, física y mentalmente. Estarás preparado en el momento oportuno.
* Beneficio Cuarto: Tus músculos estarán firmes, si realizas los ejercicios con interés, si te esfuerzas. Aquí no vale lo de consiga esto o aquello sin esfuerzo, para nada. Te tienes que esforzar y eso cuesta.
* Beneficio Quinto: Mantienes las articulaciones engrasadas. Tendrás movilidad, flexibilidad, tanto más si genéticamente tienes buenas condiciones para ello.
* Beneficio Sexto: Tus órganos internos también salen beneficiados con la práctica, por la presión a la que se ven sometidas según la postura en cuestión.
* Beneficio Séptimo: Mejora el riego sanguíneo, algo aconsejable para todos y particularmente para los que de origen lo tenemos chungo. ¿Cómo? Con todas las posturas invertidas ¿? Son aquellas en las que invertimos el cuerpo, cabeza abajo, pies arriba.

Y aquí acabo esta relación improvisada, para cantar las bondades de una práctica que no tengo intención de abandonar nunca -en principio-.
AÑADIDO horas después: olvidé relacionar algo de lo más interesante, tendrás un culo duro, firme, (guiño para quien él sabe)

Buen fin de semana para todos, todos. PAQUITA

Relato: Diferente V

Cuando oscurecía solían sentarse todos los pequeños en las escaleras de la casa, allí juntos, apiñados, escuchaban los relatos de una de ellos -la Angelita- siempre tétricos, acojonantemente tétricos, trataban de muertos -su madre, ya viuda, vivió en el cementerio, como hija de enterrador que fue, y su aspecto era de lo más triste-.
Del cole de la Esperanza pasó al colegio Villaverde, allí aprendió, entre otras cosas, a sumar a velocidades de vértigo -cálculo mental, que lo llaman-. ¿Cómo? Con unas cartillas con infinitas columnas de números en horizontal y vertical. Todos los alumnos debían ir sumando a la vez, se comenzaba, lógicamente, de izquierda a derecha y de arriba a abajo; primera columna vertical -imagínense como treinta números, de un sólo dígito, unos debajo de otros, sumados a la carrera y que, en cualquier momento tú podías ser el elegido para continuarla. ¡Qué estrés! que diríamos ahora.
Momento gozoso era cuando subían a Madrid, porque, a pesar de que Villaverde había adquirido la condición de barrio, pocos años atrás, seguía sintiéndose pueblo, era como un pueblo.
Unas veces iba con su madre y otras con su padre, nunca juntos, porque alguien tenía que quedarse en el Kiosco.
El Kiosco. La fuente de ingresos familiares y la fuente de disgustos.
Su padre hizo la mili en la Renfe y allí, transcurridos tres años, se quedó trabajando.
Viajaba en los trenes, así conoció a su madre -el abuelo Juan también era ferroviario-, establecieron una relación de la que se quedó embarazada y, contra la opinión familiar, se casaron. Tenía 26 años, y, pocos meses después, sufría un accidente en el que perdía su pierna derecha. Estaba enfermo, con fiebre, y pese a ello, acudió al trabajo, la máquina le pasó por encima.
Renfe se llamó a andanas, le jubiló por invalidez y le dejaron 600 pesetas de pensión. Año 1951.
Nació su hermano, y su padre, como medio de vida, encargó unas muletas de madera -que se colocó bajo las axilas- una caja de lo mismo -que se colgó en bandolera-, y llena de colonias y cremas rejuvenecedoras se fue vendiendo por las casas. Tenía mucho verbo, sabía camelarse a las mujeres.
Tras ésto vendría lo del kiosco, menos matador, físicamente.
A su padre le llamaban: el cojo o el loco, y, en el mejor de los casos, el señor Pepe.
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PAQUITA

noviembre 23, 2006

Con: b vocal

Así se llama el estupendo grupo que ayer tuve la suerte de ver en el teatro García Lorca de Getafe. Nombre del espectáculo: La música en tu voz.
Lo vi anunciado en uno de los muchos diarios gratuitos que se distribuyen en el barrio, parecía interesante, ponían la hora: 20 pero nada más. Ignoraba si había que adquirir entrada con antelación o qué. Me la jugué, pensando que en Getafe, un día de diario, y un grupo no "famoso", es difícil que se llene el teatro. Y acerté. Me acompañó mi niña -mi hija- ¡qué detalle!
Y estuvo muy bien, pensando para un público juvenil, canciones multitarareadas, cosa que desagradó a mi hija, porque ella dice que, si pretende ser didáctico ¿qué coño van a enseñar con semejantes piezas? Luego retrocedió algo en sus argumentos, que, bueno, algunas estaban bien seleccionadas, ...
Son un grupo de jóvenes, cercanos a los treinta, que dicen llevar once años en esto, y de ... Zaragoza.
No utilizan instrumentos ajenos a ellos mismos, sólo su voz.
Del tipo de Les Luthiers, pero más rebajado el nivel. Será por lo del acercamiento a las mayorías.
De todas formas, lo hacen fantástico, con humor; simulan una academia de enseñanza de la música, la RIM VON BAND, con su profesor, su alumno pánfilo, su alumno listo y otros dos que van por libre.
Gracias a Alberto, Augusto, Carlos, Fermín y Juan Luís, por hacernos pasar un buen, buen rato.
Ah, y al que lleva el sonido, de cuyo nombre no consigo acordarme.

PAQUITA

Relato: Diferente IV

Hogar, dulce hogar.
Su hogar era otra cosa. No recuerda haber querido a su padre en momento alguno. Supone que sí lo habrá hecho en su infancia, pero, Franca no lo recuerda.
Tira y tira de su memoria y se ve, llevada de la mano por su madre, andando junto a una gran tapia, blanca, era blanca, luego, dentro del edificio, en una habitación, su padre en la cama. Era el hospital psiquiátrico de Ciempozuelos.
Por esa edad, los cuatro años, iba al colegio de la señorita Esperanza, a ella no la ve, sí a su señora madre, la Cristeta, que haciendo honor a su nombre las tenía grandes, grandes. Y las hostias, todos los críos de pie, y de espaldas a la pared, esperando, temblando, que llegara la temida pregunta, seguida de la torta correspondiente. Visto en la distancia, era de puro imposible acertar a responder adecuadamente con semejante tensión.
Aunque vivía en la Colonia Experimental pasaba muchas tardes en la calle Cacereños, donde tenían casa la abuela Julia y los primos. Por entonces estaban muy unidos, sus edades eran semejantes.
Cacereños eran la mayoría de los moradores de Villaverde Alto, la abuela incluida. Del abuelo Juan no recuerda nada, murió al poco de su nacimiento, procedía de Alburquerque -Badajoz- y por su madre sabe que, fue represaliado después de la guerra contra la población civil que iniciaron unos militares que se rebelaron contra el gobierno legalmente establecido, el de la Segunda República.
¿El motivo? Pudo ser cualquiera, en su caso unas palabras, las que dijo al salir en defensa de un joven, vilipendiado en el bar por otros usuarios, le afeaban la conducta de su padre durante la guerra. Dijo: "Nada de ésto hubiera pasado, si cuando empezó se hubieran cargado al que lo inició". Sólo eso, nada más que eso.
Después de tres años en prisión, cuando salió no era ni la sombra de lo que fue, eso dice su madre.
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Paquita

noviembre 22, 2006

Pastor Antón

¿He hablado alguna vez de Pastor Antón? Claro que sí.
Cuando, entusiasmada con la existencia del blog de El Pobrecito Veedor: www.elpobrecitoveedor.net , mencioné sus entrañas, o séase: sus secciones y colaboraciones.
Es un lujo poder disfrutar de las palabras de Pastor Antón y su sección Vasto Mirador. Su destreza al manejarlas es superior a la que tiene la mayoría del personal, al usar el tenedor a la hora de comer.
Preciosos sus últimos artículos: Periodista raro y Profesora vocacional.
Desde aquí le doy las gracias por compartir, con quien quiera acercarse hasta su página, sus ideas, respecto del mundo, respecto de lo que quiera. Un abrazo.

PAQUITA

Plataforma La Casa del Lago

Carta al director copiada del periódico gratuito Getafe Capital, de fecha 16/11/06. buzoneado el 20-N. (artículo publicado aquí, el 20 de octubre, que trata el tema)

¡Sabemos qué queremos! Somos jóvenes, somos de Getafe.
Bonito este eslogan del gobierno municipal para fomentar la participación juvenil.
Basta recordar que hace un año, la corporación municipal destruyó la Casa del Lago, centro social ocupado autogestionado. ¿Les preguntaron a los jóvenes la concejala y el alcalde lo que querían? ¿Se preocuparon por lo que hacían? Algunos jóvenes sí saben lo que quieren y tienen muy claro lo que quieren ellos, en estos momentos: ¡su voto!
Algunos centroS cívicos del entorno quedaban vacíos de jóvenes y ustedes tenían claro lo que querían, ¡había que destruirlo!
En la Casa del lago vimos películas que no se ven en las multisalas, reflexionamos sobre la historia de nuestro país, aprendimos a cocinar con compañeros de otros países y supimos de sus costumbres, hubo libertad para la creatividad, para todos, no importaba la edad.
(...) Destruisteis la casa pero no las ideas, estos jóvenes han sido perseguidos por la policía, multados y castigados por orden de ustedes, ¿y ahora tienen la incoherencia, desfachatez y desverguenza de preguntarles, si saben lo que quieren? Las rosas en vuestras bocas nacen marchitas.
Adelaida Pérez

(la presente carta es de su autora, habiéndome limitado yo a reproducirla) PAQUITA

noviembre 21, 2006

Relato de la Postguerra: Pura

Carta desde Praga, 25 de Junio de 1969
Querida mía:
Soy yo. Después de 30 años puedo comunicarme contigo, no sin miedo, pero con alguna garantía de que las cosas van cambiando, espero.
Estarás ansiosa por saber cómo estoy y dónde me encuentro. Estoy bien. En cuanto al lugar donde me encuentro sólo puedo decirte que estoy a salvo en un país de la Europa del Este. Paso a relatarte mis andanzas desde el día en que dejamos de vernos. Recordarás aquella noche en que estando cenando con nuestra familia tuve que huir y dejarlo todo atrás sin saber que íbamos a estar tantos años sin vernos. Salvé la vida gracias al acto reflejo de enganchar los cables de la luz, y aprovechando la oscuridad salir corriendo monte arriba. Durante un tiempo, andaba por la noche y dormía de día. Donde podía: en la copa de los árboles, en un pajar, en una casa derruida. Anduve en círculos sin querer alejarme con la esperanza de que las cosas se aplacarían y podría volver a casa. Una noche oí voces, caballos, perros y cuando oí los disparos y los gritos de alto, supe que no podría volver, que tendría que huir lo más lejos posible.
En la clandestinidad, nos prepararon por si llegaban esos tiempos. Aprendimos de memoria nombres de contactos y lugares adonde ir. Seguí esas indicaciones y después de 3 meses en que no voy a contarte las penurias que pasé, pude cruzar a Francia ¡Qué pena! ¡Qué decepción! Aquéllos que decían ser nuestros amigos nos trataron tan mal que a más de uno se le pasó por la imaginación volver a España. Nos instalaron en campos de refugiados que parecían campos de exterminio. Al lado del mar, sin un techo donde cobijarnos, sufriendo la humedad y el hambre. Gracias a unos acuerdos con gobiernos democráticos europeos y a mi buena estrella, fui seleccionado y partí en uno de los primeros convoyes que enviaron al país donde ahora me encuentro. A partir de ahí mi suerte empezó a cambiar. Compañeros, buenos camaradas, nos acogieron y nos dieron un calor que no habíamos sentido en mucho tiempo. Me ayudaron a establecerme y a trabajar y desde entonces gozo de una situación tan buena como nunca habría soñado.
Pero basta de hablar de mí. Quiero saber cómo has pasado tú estos años. Saber de mis hijos que probablemente me hayan hecho ya abuelo. Quiero saber si tuviste que pagar un alto precio por mi fuga, si sufriste represión.
Quisiera saber tantas cosas, que no pararé hasta encontrarme con vosotros y contaros, abrazaros y hablaros. ¡Que tenemos que hablar de tantas cosas… compañera del alma, compañera!

(Historia verídica, proporcionada por un vecino del protagonista de esta historia. La autora de este relato tuvo ocasión de presenciar el reencuentro de esta familia en Garrovillas (Cáceres) un verano de 1976. Venía el exiliado de la República Checa y acompañaba a éste su nueva familia, mujer e hijos)

NOTA: El presente relato ha sido confeccionado por una amiga -de cuyo nombre sí quiero acordarme, pero ella prefiere el anonimato- que lo quiso compartir conmigo y yo, a mi vez, con todos vosotros. Me lo envío ayer, 20-N, y quiso que fuera un homenaje a los que se lo merecen.

Paquita

Pág. para amantes de la montaña III: Juan Holgado

* Cuadernos de Viaje de Juan Holgado: http://www.jaholgado.com/

Pág. para amantes de la montaña II: ignacioros

Otra página de interés:
* Senderismo y montaña Sabiñánigo: www.ignacioros.es.vg
Esta página, contiene fotos panorámicas espectaculares de alta montaña, y baja, porque también tiene El Yelmo, pico emblemático -palabra requeterrepetida- de La Pedriza de Manzanares, en Madrid.

Otras recomendaciones en 2/XI/2006. PAQUITA

Opciones y Decisiones (Mix)

Empezamos tomándolas cuando aún no tenemos clara conciencia siquiera de lo que hacemos.
Se nos plantean varias y elegimos una en vez de otra.
Somos apenas bebés que ya saben andar y elegimos irnos en vez de quedarnos. Irnos más allá del estrecho horizonte que te ofrecen tus progenitores, ver más, un poco más, algo diferente, la atracción por lo desconocido ¿Quien le tiene miedo a lo desconocido?
¿Por qué tenerle miedo a lo desconocido?
...
Lo que da miedo es lo que ya conoces, la parte terrible de la vida que ya conoces.
Porque eso lo aprendes pronto, lo tienes cerca, tan cerca.
Y te vas hasta donde tus piernas te llevan, pero eres pequeña, pareces indefensa -eres indefensa- y alguien que te reconoce te devuelve a tu hogar, a tu casa.
Vas creciendo y las dudas a la par ¿donde iré que más valga?
Irse físicamente queda desterrado de tu mente, pero queda otra opción: evadirte mentalmente. Descubriste la lectura, tienes a tu disposición los tebeos.
Todo un mundo de ensoñaciones entre tus manos, con princesas, guerreros, capitanes, jabatos, goliates y crispines, que te enseñan a ser valiente, amigo de tus amigos, desfacedor de entuertos -se debían inspirar en El Quijote- y, eso sí, si eras mujer, esperar a tu príncipe azul, el que te liberara de tu triste destino y te ofreciera el paraiso soñado.
Te lo leíste todo, hasta los de Hazañas Bélicas. En ellos el horror de la guerra quedaba camuflado tras las heroicidades de sus soldados. Nada era cruento, todo nobleza, todo mentira.
...
Y a través de la educación nos irán inculcando los miedos ¡cuidado, no hagas eso! ¡cuidado con lo que dices! ¡no te fíes de nadie! Son mensajes que te van llegando de una u otra parte.
Todo un panorama de incertidumbres ante tus ojos.
Un mundo de depredadores dispuestos a arrojarse sobre la presa -tú-
Y ante este panorama puede que te inquietes y te plantees tu poca disposición para entrar en ese juego.
...
Porque elegir una de las opciones supone desechar las restantes y ahí empieza el dilema ¿Y si me he confundido? Para comprender después -a veces demasiado después- que no hay soluciones mágicas, que, posiblemente, con la información que manejábamos hicimos la mejor elección posible y aún así nunca lo sabremos, nunca llegaremos a saber qué hubiera pasado de haber tomado el otro camino ¿cual hubiera sido nuestro destino?
Por otra parte, si se nos plantean dudas ¿no será porque las distintas opciones son, en realidad, igualmente buenas o malas?

Pues eso, que vivir es arriesgar. Leía ayer que, un cierto grado de incertidumbre es saludable, siempre que no nos coma la autoestima.

PAQUITA

Relato: Diferente III

Transcurrieron otros tres años. Esta vez volvió, exclusivamente, para las fiestas. Había cambiado, su cuerpo había cambiado, no supo cuanto hasta que le vio.
Cuantas veces había soñado con este momento y ahí estaba, hecho un renacuajo. Como en los cuentos pero a la inversa, su príncipe se había convertido en renacuajo.
Ya no era requeteguapo, tampoco le veía gracioso -él también se tuvo que quedar de piedra-, pero, además, no había crecido, al menos no tanto como ella. Porque ella era alta, muy alta, por encima de los cánones habituales por estos pagos, le venía de familia, en esto salió a su padre.
Su gozo en un pozo, pese a ello, las fiestas fueron divertidas.
No recuerda si para entonces -1970- el retrete seguía siendo la cuadra. Ecológico, ahora lo llamarían servicio ecológico, porque no se consumía agua ni papel y todo, todo, era reciclable, de esta tarea se encargaban las gallinas.
En este periodo, además, en el pueblo, habían descubierto, bajo otras cuadras, unos hermosos mosaicos romanos. Tiene entendido que, actualmente, hay un Centro de Interpretación, incluso, en la Casa-Palacio han puesto una casa de Turismo Rural. Tiene que acercarse a verlo cualquier día, más pronto que tarde.
En cuanto a la casa de la abuela, los tíos decidieron venderla poco después de su muerte, a principios de los 80, eran ocho y ninguno quiso quedársela. La compró el médico, que vivía al lado.
...
PAQUITA

noviembre 20, 2006

Cabos Sueltos II

Estupendo el artículo de J. Stiglizt, nobel de Economía, en El País de ayer domingo, 19-N, sobre el Cambio Climático constatado, así como su negación por grandes empresas, que se valen incluso de estudios en contrario, encargados y financiados por ellas, como ya se hizo en casos anteriores -ejemplo: el del Tabaco.
Menciona que el deshielo de los polos abarataría los costes de extracción del petróleo en el Ártico, para mayor beneficio del mercado neoliberal ¡Todo por la pasta!
¡Dios Santo! Lo que tendrán que ver estos ojos.
Animo desde aquí a todos, para que desde sus respectivos puestos en el mundo, hagan lo posible, en la medida de sus posibilidades, para no dejarse hacer, para no dejarse tragar por la máquina del todopoderoso dinero.
Porque otro mundo mejor es posible y porque tiene que serlo.

A ello. PAQUITA

Relato: Diferente II

Volvió a Paradinas tras seis años de ausencia. Llegó a primeros de agosto.
El pueblo no había cambiado prácticamente nada, salvo alguna fachada remozada; los que habían cambiado eran los muchachos y muchachas, así como ella, estaban en plena pubertad, las hormonas revueltas y ellos ignorantes de su existencia.
Sus tíos ya se habían casado, desapareció la mula de la cuadra y se quedaron solas ella y la abuela.
La abuela ... no era cariñosa, tenía maneras de egoista, quizás no pudo ser de otra manera, originaria de Aragoneses -vuelve a aparecer Aragón en mis escritos, como rosa y como espina- vino aquí al casarse con el abuelo, del que Franca no recuerda nada, murió siendo ella pequeña.
Nunca escuchó virtud alguna del abuelo por boca de sus tíos, en cuanto a su padre siempre le tachó de borracho.
Y llegaron las fiestas, el periodo más esperado, el más deseado por todo el pueblo, las fiestas de La Virgen de las Mercedes.
Y con las fiestas llegó él, el chico más guapo, simpático, ingenioso, de los hasta ese momento conocidos, Félix. Vivía en Madrid, adonde sus padres habían emigrado buscando una vida mejor ¡como todos los que emigran!. Era del barrio de Argüelles, más concretamente de la calle Gaztambide, y un año mayor que ella, tenía trece.
Fueron cuatro días de ensueño, ella se laceraba renegando de lo irremediable ¿no podía haber ido antes? Tuvo que aparecer al final de sus casi dos meses de estancia.
La última noche fue el colofón, tras entrar ella en casa, al poco, comenzó una serenata. Primera y única vez en su vida. Acompañado de varios muchachos le cantó ... no recuerda qué canción.
¡Qué bonito! ¡Qué romántico! ¡Qué llorina! El primer amor de su vida.
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PAQUITA