julio 04, 2012

Thomas Nagel (4 de julio de 1937) Homenaje

En Wikipedia es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Nagel Thomas Nagel (Belgrado, antigua Yugoslavia, 4 de julio de 1937) es un filósofo estadounidense, actualmente Profesor de Filosofía y Derecho en la Universidad de Nueva York (NYU). Sus trabajos se han centrado en filosofía de la mente, filosofía política y ética. Es conocido por su crítica de los estudios reduccionistas sobre la mente en su ensayo "What Is it Like to Be a Bat?" (1974) y por su contribución a la teoría político-moral liberal y deontológica en "The Possibility of Altruism" (1970).

Thomas Nagel nació el 4 de julio de 1937 en Belgrado, que entonces formaba parte de Yugoslavia (en la actualidad, es la capital de Serbia); su familia era judía. Obtuvo un grado en Filosofía en la Universidad Cornell en 1958 y, posteriormente, en la Universidad de Oxford en 1960. En 1963, obtuvo un doctorado en Filosofía en la Universidad Harvard, bajo la supervisión de John Rawls. Antes de establecerse en Nueva York, Nagel dio clases por un tiempo en la Universidad de California, Berkeley (entre 1963 y 1966) y en la Universidad de Princeton (desde 1966 a 1980), donde convivió con colegas de la talla de Saul Kripke, Bas van Fraseen y David Lewis. En 2006 ingresó en la American Philosophical Society.[1] En 2008 ganó el Premio Balzan por la Filosofía moral.
El Dr. Thomas Nagel se ha especializado en las diferencias entre la subjetividad y la objetividad, plantéandose la pregunta ¿es posible adquirir un punto de vista puramente objetivo y si no, hasta qué grado de objetividad se puede llegar? Este es un tema que ha tratado en varios de sus libros y artículos a través de varios años, por ejemplo en Mortal Questions, A View From Nowhere, y en su colección de ensayos Other Minds. Estos problemas filosóficos han llevado a Nagel a investigar otros problemas relacionados como el problema mente-cuerpo en filosofía de la mente, la universalidad de la ética y cuestiones de justicia social. En ética rechaza las posturas de aquellos filósofos que intentan explicar la moral como una consecuencia de la evolución de la especie humana, Nagel considera que tratar de aplicar los modelos de biología evolucionaria a estas áreas es una maniobra equivocada y que las cuestiones de valor, bien y mal son universales y planteables incluso en aquellos mundos posibles en donde la teoría de la evolución fuera falsa. Por razones similares Nagel ha contribuido al debate actual entre la cultura posmoderna y una visión más racionalista del mundo. Por ejemplo en The Last Word Nagel plantea que ciertos pensamientos son inatacables, por ejemplo los pensamientos matemáticos o lógicos que expresamos en proposiciones como: 2 + 2 = 4 o P → Q & P :. Q. Nagel considera que si estos pensamientos pudieran ser atacados no sería el caso que pudiera existir el pensamiento, puesto que estos pensamientos nos permiten decir, pensar cualquier otra cosa: el contenido de P; concebir estados de cosas: P v Q, P & Q, etc; imaginar, y sobre todo afirmar, negar, etc. Ya que de hecho podemos tener toda esta actividad intelectual, podemos pensar, entonces el relativismo cognoscitivo es falso.
Otras contribuciones importantes de Nagel incluyen su artículo ¿Cómo es ser un Murciélago? en donde sugiere que la cualidad especial de aquello que llamamos "mental" es que haya algo que es, para ese organismo, cómo es ser ese organismo. Por ejemplo hay algo que es ser Thomas Nagel, o algo que es ser Moisés o Fernanda o Patricia o cualquier ser humano de los tantos en el mundo. Hay algo que es ser como cada uno de ellos, para cada uno de ellos: desde un punto de vista que constituye la perspectiva de la primera persona. Así como hay algo que es ser un particular perro Fido o un particular murciélago, etc. Esto es fundamental puesto que nos permite ver las deficiencias en otras definiciones de filosofía de la mente, sugerencias tales como que lo mental es lo disposicional, o que lo mental es lo funcional, etc. Si lo mental fuera simplemente un engrane más en una cadena de procesos funcionales: neurofisiológicos, químicos, mecánicos, etc, entonces cualquier ser que implementara un algoritmo y tuviera las partes necesarias podría ejecutar esas funciones (¿un Robot?) pero ¿por qué habría que haber algo que es ser ese ser? Parece que la física y la fisiología nos describen y explican perfectamente los movimientos de los cuerpos físicos, y si esto es así parece que ni en la física ni en la fisiología habría ningún dato que nos dijera cómo es ser ese cuerpo particular. Por lo tanto la mente parece ser algo más que los funcionamientos físicos y fisiológicos, por decir, del cerebro. Quizá, una sugerencia que Nagel considera pero no origina en él sino en Bertrand Russell, lo mental es la cualidad intrínseca de esos procesos (qualia). En todo caso en un mundo en el cual vamos explorando y descubriendo con nuestros modelos físicos, biológicos, económicos, etc, surge la pregunta, por qué teniendo tantos puntos de vista de ninguna parte siempre queda al final "mi" punto de vista, el punto de vista de un ser subjetivo pensando el mundo objetivamente.
Nagel ha contribuido también extensivamente a debates de filosofía práctica sobre temas como la igualdad, la justicia en la guerra, la muerte, el aborto, la eutanasia y el absurdo de la vida. En su ensayo The Absurd Nagel sugiere que nos percatamos de la condición absurda de nuestra existencia cuando contrastamos el punto de vista subjetivo de nuestra propia importancia con el hecho objetivo que nuestra existencia no vale más que ninguna otra, ni siquiera más que la existencia de ningún objeto inanimado. Nagel concluye que de todos los posibles escapes al absurdo (el desafío, la religión, el amor, el suicidio, etc.), el más adecuado quizá sea la ironía.
Nagel es un liberal en la connotación actual de la palabra en Norteamérica, es decir, está a favor del estado benefactor que provee de educación, salud y pensiones a sus habitantes, en contra del libre mercado sin restricciones y de nuevo a favor de que cada individuo escoja su estilo de vida siempre y cuando no dañe a otros. Muestra escepticismo sobre si algún día sea posible manejar un concepto como justicia global entre los distintos estado-nación. Recientemente junto con otros filósofos como John Rawls, Ronald Dworkin y Robert Nozick escribió un documento dirigido a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos abogando por la permisibilidad legal y moral de la eutanasia.


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