marzo 01, 2014

Los egipcios (y que me perdonen mis amigos egipcios), de José Manuel

Publicado por 1 noviembre 2013 en su blog Cosas de la Universidad http://cosasdelauniversidad.blogspot.com.es/ 
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En este blog, en distintas entregas, he hecho diversos intentos de aproximarme, desde un punto de vista antropológico a la fauna que puebla nuestro sistema universitario.  Pioneros, colonos, semovientes, parásitos,... Hoy me voy a referir a otro genotipo que puede encontrarse, a su vez, dentro de las clasificaciones anteriores, si bien es cierto que abunda más entre colonos (los semovientes ni eso): el egipcio.
El egipcio es un personaje muy extendido entre la fauna universitaria. Cuando no hay riesgo de ser señalado o cuestionado, opina en público o privado de cualquier tema, incluso con altos niveles de intensidad. Sabe de esto o de aquello, argumentando conocimiento de causa, esgrimiendo planteamientos incluso razonados. Pero cuando se le pide un posicionamiento frente a dos opciones que requieran el alineamiento en una facción frente a lo que pudiera ser otra de signo contrario, es decir, cuando hay que mojarse, el egipcio se pone de perfil. “A ver si no se me veee…”.  Hace e inventa miles de posturitas, que si esto, que si lo otro, con tal de no colocarse en uno de los dos lados. El egipcio habitualmente participa socialmente en “tomas de decisiones”, pero siempre allí donde no se entra en ningún conflicto personal, siempre nadando y guardando la ropa. Hay egipcios en el pueblo llano, pero también entre nuestros cargos académicos, cuando siempre tratan de contentar a todos. El egipcio, casi siempre de perfil, suele sobrevivir bien, porque con los años desarrolla la habilidad de saber transmitir a las partes en conflicto que está de acuerdo con ambas, aunque al final del camino siempre se les ve el plumero. Por desgracia abundan mucho los egipcios en la Universidad. Lugar donde se reparte mucha miseria y donde los criterios de promoción siguen vinculados a personalismos llenos de ego, a los mediocres mentales les aterra tomar posiciones que les pueda hacer perder puntos en la hipotética carrera basada en gabelas y prebendas. “Si digo esto, este se puede enfadar, pero si defiendo aquello, aquel no lo olvidará….”. Y así, muchas decisiones se amparan en la falta de toma de posición de muchos egipcios, todos de perfil, apuntando a no se sabe dónde.  
Y así nos va...

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