enero 02, 2018

Así acaba el cambio climático con los osos polares: la dramática muerte de un ejemplar en Canadá


Un equipo de National Geographic ha querido poner en evidencia los efectos del calentamiento global sobre las especies
"Nos quedamos allí llorando, filmando mientras las lágrimas se no caían por las mejillas" relata Paul Nicklen, fotógrafo y autor del vídeo.



Aumento de la temperatura, emisiones de CO2 a la atmósfera, deshielo, catástrofes naturales cada vez más frecuentes... Las consecuencias del calentamiento global parecen ser más evidentes que nunca. De hecho, la última prueba la ha aportado  National Geographic gracias a un vídeo de la agónica y desesperada muerte de un oso polar en estado famélico.
En busca de un bocado para llevarse al estómago, este oso camina a paso lento y sin apenas fuerzas para mantener su propio cuerpo. Su peso recae sobre las dos piernas traseras y su pelaje parece haber perdido su blanco natural. Todo ocurre en la desoladora isla de Baffin (Canadá) donde ya no hay huella de alimento. Ni siquiera entre los restos de un viejo cubo de basura de los pescadores de la zona.
Así han retratado la escena el fotógrafo Paul Nicklen y sus compañeros del grupo de conservación 'Sea Legacy'. "Nos quedamos allí llorando, grabando mientras las lágrimas caían por nuestras mejillas", relata Nicklen a National Geographic después de grabar la terrible muerte del animal, que cae resignado y derrotado sobre sus marcados huesos.
Nicklen asegura haber grabado el vídeo con el objetivo de que el animal "no muriera en vano". "Cuando los científicos dicen que los osos se están extinguiendo, quiero que la gente se dé cuenta de lo que significa. Los osos morirán de hambre. Así es como se ve un oso muerto de hambre", denuncia.
En condiciones sanas y normales, los osos polares pesan una media tonelada. Las focas que cazan en las banquisas de hielo marino del Ártico constituyen su alimento principal. Sin embargo, el aumento de las temperaturas está provocando un retraso evidente en la formación de estas banquisas, haciendo que el hielo tenga menos grosos y dificultando, finalmente, la caza de este gran depredador.

Fue en 2002 cuando el Fondo Mundial para la Naturaleza publicó u n  informe donde aseguraba que el calentamiento global "podría llevar a la extinción del oso polar". La investigación comprobó que estos animales permanecían en tierra más tiempo y prolongando de forma insalubre el ayuno hasta el final de verano, cuando ya mostraban evidencias de inanición.

En ese sentido, el informe llevado a cabo por este organismo no hace otra cosa que justificar las negativas previsiones de los científicos: el cambio climático es una realidad y la comunidad científica debe hacer algo al respecto.
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