marzo 27, 2018

En Barcelona, paradoja de la democracia de la que habla la filosofía política

Fernando Broncano R ·  26/3/2018
En Barcelona, con mi nieto, viviendo estos días una manifestación intensa de la paradoja de la democracia de la que habla la filosofía política: la tensión permanente entre democracia y derecho: de un lado, la mitad del pueblo catalán y el movimiento independentista que, demandando democracia y constituida como pueblo, ha perdido de vista el derecho (sobre todo el derecho de la otra mitad del pueblo catalán). Del otro lado, el Gobierno y sus apoyos nacionalistas españoles que, defendiendo el derecho y la constitución, han perdido el sentido de la democracia (y han instaurado un estado de excepción que penderá por años sobre las cabezas de todas las comunidades autónomas). Ya sé que estamos en minoría quienes pensamos así, pero, por el bien de España y de Cataluña, es necesario más que nunca que #hablemos. Llevará una generación o dos superar la indignación, los resentimientos y los deseos de venganza. Cuantos más seamos reivindicando la sensatez, antes podremos explicarle a nuestros nietos que, a veces, los países se vuelven locos pero que el sentido común vuelve.

AÑADIDO a las 13h.:  Fernando Broncano R
25 min ·
En Cataluña no hay un pueblo, al menos hay dos. En España no hay un pueblo: hay diversos proyectos de pueblo atravesados por diferencias no reconciliadas. Hay un estado de derecho, pero fruto de un arreglo de circunstancias hecho para soslayar amenazas. El estado es la relación básica entre ciudadanos e instituciones garante de los derechos y libertades, el pueblo es el depositario y origen de la soberanía y el único marco instituyente y constituyente. Los dilemas de la filosofía política pueden tomar a España (y Cataluña, y Euskadi, y Galicia, y Andalucía, y la España centro) como ejemplo de tensiones y laboratorio de cómo habrá de ser una sociedad a la vez democrática y garantista. Pueblo y estado son dos términos vacíos que se van reconfigurando en debate y controversia. A veces salvajemente en violencia física o simbólica. Pero nadie es señor de ninguno de los dos. Sólo ocupantes provisionales.

AÑADIDO a las 9h. 45´:  Comentario, por su interés, de Tot Barcelona 
Al hilo de esta entrada filosófica, que me parece muy prudente, contesto.

Uno de los problemas que tenemos en esta Catalunya, es que nuestros políticos, los catalanes, mezclan la trascendencia con la inmanencia. Cuando un político promete, esa promesa ha de ser tangible. Les pongo el ejemplo de Anna Simò, una política de E.R, en donde dijo : " si voteu la república sereu mes feliçes".

Una falacia de proporciones considerables. Un político no puede prometer felicidad por votar su opción, porque eso es trascendente ¿cómo se cuantifica la felicidad?. Lo que puede prometer un político , aunque no cumpla, es una mejora de la calidad de vida en modo de pensión, sanidad, escuelas, trasportes, educación...

Dos) Han votado la opción de la independencia un 48´8%, no llega al 50%. ¿Eso da derecho a que los otros 51´2% haya de aceptar el veredicto como válido ?

Tres) Los catalanes que como yo hemos nacido en Barcelona, hablamos catalán, damos las clases en catalán, hemos hecho tres carreras en catalán más dos posgrados, también en catalán y creemos que Catalunya es un país bilingüe y así lo decimos y que somos mayoría, MAYORÍA, ¿tenemos que ir por la calle escondiéndonos y disimulando ?

Cuatro) España, guste o no, con Rajoy o sin él, es un estado de derecho. El derecho es el último reducto que tenemos la gente de bien. ¿Donde acudir si a uno le roban, o se lastima, o tiene un accidente, o le han cobrado de más, o se siente indispuesto ...? a la ley, con su policía, sus hospitales, sus jueces y su derecho romano ?, si nos pasamos la ley por el forro porque " aixó és así i punt" volveremos a la pura y simple anarquía porque "lo digo yo".

Cada acto tiene su consecuencia, decía Aristóteles. Que cada uno cargue con la suya, dice más del 62% de la población catalana.

Gracias por su atención
Salut.  

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OTRO ASUNTO en Perroflautas del Mundo: Cifuentes. Registro secretaría confirma No aprobó el máster en 2012. y ++++

 

 

1 comentario:

Tot Barcelona dijo...

Al hilo de esta entrada filosófica, que me parece muy prudente, contesto.

Uno de los problemas que tenemos en esta Catalunya, es que nuestros políticos, los catalanes, mezclan la trascendencia con la inmanencia. Cuando un político promete, esa promesa ha de ser tangible. Les pongo el ejemplo de Anna Simò, una política de E.R, en donde dijo : " si voteu la república sereu mes feliçes".

Una falacia de proporciones considerables. Un político no puede prometer felicidad por votar su opción, porque eso es trascendente ¿cómo se cuantifica la felicidad?. Lo que puede prometer un político , aunque no cumpla, es una mejora de la calidad de vida en modo de pensión, sanidad, escuelas, trasportes, educación...

Dos) Han votado la opción de la independencia un 48´8%, no llega al 50%. ¿Eso da derecho a que los otros 51´2% haya de aceptar el veredicto como válido ?

Tres) Los catalanes que como yo hemos nacido en Barcelona, hablamos catalán, damos las clases en catalán, hemos hecho tres carreras en catalán más dos posgrados, también en catalán y creemos que Catalunya es un país bilingüe y así lo decimos y que somos mayoría, MAYORÍA, ¿tenemos que ir por la calle escondiéndonos y disimulando ?

Cuatro) España, guste o no, con Rajoy o sin él, es un estado de derecho. El derecho es el último reducto que tenemos la gente de bien. ¿Donde acudir si a uno le roban, o se lastima, o tiene un accidente, o le han cobrado de más, o se siente indispuesto ...? a la ley, con su policía, sus hospitales, sus jueces y su derecho romano ?, si nos pasamos la ley por el forro porque " aixó és así i punt" volveremos a la pura y simple anarquía porque "lo digo yo".

Cada acto tiene su consecuencia, decía Aristóteles. Que cada uno cargue con la suya, dice más del 62% de la población catalana.

Gracias por su atención
Salut